PINGÜINOS 2010

¡Hola! Sabemos que han pasado unos cuantos días desde nuestro regreso de Pingüinos pero es que entre el trabajo y las Oposiciones poco tiempo hemos tenido para dedicarle al blog.

La experiencia ha sido inolvidable pero la verdad es que es cierto lo que muchos nos dijeron: El sábado eso es una feria, si no fuera por el frío que recorría mis extremidades hubiera creído que estaba un sábado de feria en el paseo.

Bueno, creo que un Diario es lo mejor que podemos hacer para que se refleje todo lo que hemos vivido.

Jueves 7 de enero.

Tras una larga discusión decidimos ponernos en marcha. El día no se presentó muy esperanzador porque no llovía, diluviaba. La primera parada fue en la gasolinera de los Pitufos para echar gasolina y mirar la presión de las ruedas (algo que odio). Allí nos encontramos con Miguel y Eduardo del Motoclub 1810 y comenzamos el viaje las tres motos y la lluvia. Decidimos ir por la Nacional, algo que no recomendamos en días de lluvia porque los camiones pasaban demasiado rápido y te ponían chorreando.

La primera parada fue en Santa Olalla cerca de Extremadura. En lo único que podía pensar era en que ya no llovía, la cafetería era tipo "Wichi" pero creo que nunca he agradecido tanto un café y una tostada. La segunda parada fue en Cáceres Norte para comer y repostar. Tercera parada en Salamanca, éste fue nuestro último café juntos porque Miguel y Eduardo no iban a Pingüinos sino que se quedaban en Motauros, en Tordesillas. Por el Puerto de Béjar comenzamos a ver las primeros restos de nieve pero no eran gran cosa. A eso de las 18:00 llegamos al hotel Formule 1 en Laguna Duero (Valladolid)

dejamos las alforjas y nos fuimos a inscribirnos a la Concentración.




Viernes 8 de enero

Tras levantarnos nos fuimos a ver Valladolid.






Comimos en un sitio llamado "La mejillonera" que se lo recomiendo a todo el mundo.


En él, se pueden degustar unos deliciosos bocadillos de calamares bravos (nada que ver con los de la Plaza Mayor de Madrid). Éstos eran un manjar de dioses...


Seguimos paseamos y comenzó a nevar, pero fue en el viaje de vuelta cuando conocimos la verdadera nieve.



Por la tarde fuimos a la excursión a Mojados (nieve, frío y buen ambiente)

Por la noche era el Fin de Año pingüinero, aunque nos lo pasamos bien porque conocimos a buena gente, el ambiente no nos terminó de gustar.

Sábado 9 de enero




Nos levantamos y desayunamos en la gasolinera que estaba frente al hotel. A las 11 fue el Desfile de las Banderas desde la concentración hasta la acera de Recoletos. Mientras se desarrollaba la exhibición de "stunt", nos dieron unos bocallidos y un vinito.





Cuando terminó la exhibición fuimos con unos amigos a tomar unas cervezas (en la bolsa de inscripción venían unos vales de bebidas gratuitas que se podían canjear en algunos bares de Valladolid). Por la noche la cena era en la concentración (ya se iba acercando el final), me quedo de esa noche con el desfile de las antorchas y con la quema del pingüino.






Domingo 10 de enero (La auténtica aventura pingüinera)

Nos levantamos, recogimos y nos fuimos corriendo para la concentración porque iban a sortear los regalos, no nos tocó nada (por suerte o por desgracia). Despedimos Pingüinos 2010 con una sonrisa y con la ilusión de regresar en 2011 (a Motauros).

El viaje de vuelta comenzó tranquilo, algo de nieve blanda por el Puerto de Béjar, pero lo peor estaba por venir... Cuando llevábamos 300Km. más o menos, decidimos parar para echar gasolina a la moto y un puchero a nuestros cuerpos. Allí, una familia nos dijo que nos fuéramos rápido porque por Cáceres la nieve estaba cuajando.

A unos 70 km. entramos en lo que se puede llamar una pista de hielo, no paraba de nevar y el frío casi nos congelaba las manos. Pudimos situarnos en la marca de la rueda de un coche y así hicimos unos 20 km. a 40km/h (eran ya las 5). Pasamos a dos grupos de motos que estaban en el arcén y el conductor del coche que íbamos siguiendo decidió pararse en medio de la carretera a poner las cadenas, por lo que Trotsky tuvo que tocar el freno y al suelo que fuimos. Nosotros no nos hicimos nada, por suerte llevábamos las alforjas y eso permitió que la moto no aplastara mi pierna y que no se arañara mucho la moto.

Los del grupo de motos que pasamos se acercaron a ayudarnos y nos comentaron que la Guardia Civil les había dicho que esperaran porque en tres horas comenzaría a llover y se derretiría el hielo. Dejamos la moto en el arcén y la apagamos por miedo a que se terminara la gasolina. Ese fue nuestro error porque aproxidamente pasada una hora llegó la Guardia Civil diciéndonos que les siguiéramos y la moto no arrancaba, se había gastado la batería al dejar los intermitentes puestos para señalizarnos.

Llámamos al 112, nos ignoraron; llámamos al seguro, nos decían que no podían llegar hasta el punto en el que nos encontrábamos porque las carreteras estaban cortadas... Se hizo de noche y allí solos sin saber qué hacer... sacamos las linternas y empezamos a parar coches, pidiendo desesperados un chispazo a la batería. De 100 coches que pasaron pararon tres y ninguno pudo ofrecernos ayuda.

Pasó una grúa y paró, al comprobar la matrícula vio que no éramos a los que tenía que recoger y casi se va pero le pedí ayuda llorando desconsolada y parece que mis llantos surgieron efecto porque decidió sacar de la grúa un maletín con unas pinzas para arrancar la batería. Nunca he querido en tan poco tiempo a alguien. (Ya eran las 10 de la noche)

Ya con la moto en marcha y recorridos unos 5km. vimos un autobús volcado en el arcén, así que en la primera salida nos metimos (Salida Alcuéscar), tuvimos suerte y era un área de servicio con gasolinera y tres restaurantes con hostal, siendo uno de los restaurantes 24h. Preguntamos en el hostalito que estaba más cercano a la gasolinera pero no tenían habitación. Allí estaban dos de los moteros que 5h atrás nos habían ayudado a levantarnos del suelo y nos comentaron que todos los hostales estaban completos desde las 2 de la tarde. Decidimos quedarnos a cenar allí y luego irnos al 24h. Cenamos, llámamos a casa, cargamos los teléfonos y cuando llegó la hora de cerrar el bar, unos portugueses que también estaban allí le preguntaron al dueño si podíamos dormir en el salón... Mi asombro fue enorme cuando vi que su respuesta era afirmativa, es más, para Trostky y para mí sacaron un colchón porque nosotros no teníamos sacos. Nos dejaron la tele puesta, la calefacción, la puerta abierta para poder ir al baño... Para nosotros, que creíamos que íbamos a dormir en la carretera cubiertos de nieve, era todo un lujo. Ahí os dejo una fotillo de nuestro dormitorio el domingo

Lunes 11 de enero

Cuando nos despertamos sólo quedaba un poco de nieve, la lluvia nocturna había derretido el hielo y el sol mañanero terminaba de hacerlo, la guardia Civil nos recomendó que esperásemos un poco hasta que saliera más el sol y así hicimos.



El viaje hasta San Fernando fue tranquilo y ameno. A las 3 estábamos en casa.

¡Hasta 2011!

Saludos.

Tramblet